Pedro Martínez Carrillo encadenará 16 años como cargo político en Bomberos con un gasto para la Diputación de 33.000 euros al año
Las arcas públicas continúan pagando la factura política del voto tránsfuga que otorgó a Eduardo Zaplana en 1991 la Alcaldía de Benidorm, el trampolín que le impulsó, sólo cuatro años más tarde, a la presidencia de la Generalitat.
El titular de la Diputación y máximo responsable provincial del PP, José Joaquín Ripoll, volverá a contar durante otros cuatro años en la corporación provincial con Pedro Martínez Carrillo, el esposo de la tránsfuga Maruja Sánchez Trujillo, como asesor en el Consorcio Provincial de Bomberos con un coste anual para la institución de casi 33.000 euros, según el anuncio de la designación publicado en la edición de ayer del Boletín Oficial de la Provincia (BOP). El decreto recogido en el BOP, que firma el responsable de Emergencias Javier Castañer - un peón de confianza de Ripoll y el único diputado junto a Mari Carmen Jiménez que tiene la potestad de resolver decretos con su rúbrica - , apunta que el esposo de Maruja Sánchez es contratado con carácter retroactivo desde el pasado 15 de julio. Martínez Carrillo, bailarín de profesión, encadenará, de esta manera, al menos 16 años como cargo de confianza del presidente de la Diputación y cobrando, por tanto, de una administración vinculada al PP.
En las elecciones de 1991, los socialistas lograron la mayoría absoluta en Benidorm. Pero, apenas unos meses más tarde, a primeros de noviembre, Maruja Sánchez dejaba la disciplina del PSPV, por la que había logrado acta de concejal, y llegaba a un acuerdo con el PP para otorgarle la Alcaldía a Eduardo Zaplana. Desde entonces, ni la tránsfuga ni su marido han dejado de ingresar dinero público. Maruja Sánchez, tras dejar la concejalía en 1995, entró como asesora del departamento de Cultura del Ayuntamiento de Benidorm, que desde 1991 está en manos del PP, puesto que actualmente ocupa. Su esposo, conocido por Pedro Marti como nombre artístico, accedió a una plaza como asesor del Consorcio de Bomberos el 13 de octubre de 1995 con Julio de España como presidente de la Diputación y Juan Manuel Cabot, uno de los peones de Zaplana, como responsable de Emergencias. Sucesivamente, Martínez Carrillo fue renovado en 1999 por De España y en 2003 como ahora en 2007 por José Joaquín Ripoll para mantenerse en el puesto. Y todo ello, a pesar de las constantes críticas que la figura de los «asesores políticos» del Consorcio ha recibido desde los sindicatos y desde la oposición porque «no hacen nada».
Como se recordará, durante años el personal del organismo ha mantenido un notable enfrentamiento con la Diputación por la falta de medios y la diferencia de los sueldos con Valencia mientras la corporación incluía en sus presupuestos la contratación de seis cargos de confianza, entre ellos Martínez Carrillo, que le cuestan unos 200.000 euros anuales.
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